¿Estamos desnudos en Internet?
Al
igual que los caracoles dejan un rastro de baba al arrastrarse por
cualquier superficie, las personas dejamos un rastro de información
cada vez que decidimos navegar por Internet.
En
apenas cinco minutos, podemos descubrir el nombre y apellidos de
cualquier persona. Y su fecha de nacimiento. Y las últimas direcciones
de su vivienda. Y su estado civil. Y su familia. Y sus amigos. Y sus
estudios. Y el lugar de trabajo. Y su sueldo. Y su número de
vehículo. Y sus aficiones... Si combinamos la información
facilitada por el propio usuario en distintas redes sociales con los
datos que figuran en distintas fuentes oficiales o de terceros,
podemos hacernos un perfil bastante completo de cualquier persona que
queramos. Y ponerle cara a esa persona.
Y
es que al escribir nuestro nombre en el cursor de búsqueda, nos
convertimos en los detectives del siglo XXI. Eso es así. Los
buscadores son la competencia de los hasta ahora denominados
detectives, a la vez que una constante fuente de información para
los mismos. Son muy pocos los que consultan sus servicios pudiendo
obtener la información por ellos solos a través de Google.
Aún
así, la información que encontramos sobre una persona concreta
puede no ser verdadera. Puede haber sido colocada allí por terceros
para imaginarnos a una persona que realmente no existe. Determinados
comentarios ofensivos en blogs, discusiones en redes sociales, insultos en
foros... todo ello se puede eliminar. Puede desaparecer de la red. Es
posible limpiar nuestro nombre. Eso sí: hay que pagarlo. Desde
3.000€ hasta 50.000€ serán necesarios para lavar nuestra imagen
en la red.
Internet
nos conoce. Conoce nuestro nombre, nuestra fecha de nacimiento,
nuestra dirección, nuestros estudios, nuestro trabajo, nuestros
amigos, aficiones y familiares. Y nuestros gustos. Sabe los sitios
que frecuentamos. ¿Cómo? ¿Cómo es posible que cuando entro en una
página web, me aparezcan ventanas que publicitan mi libro favorito? Ése que yo recientemente he buscado...
Y
aquí es donde intervienen las denominadas “cookies”. El debate
sobre si son beneficiosas o no para el usuario está presente sobre
la mesa de empresas como Google. ¿Atentan contra la intimidad del
usuario? ¿El usuario es consciente de qué son o para qué sirven?
¿Se trata de una falta de información? ¿O la culpa es nuestra por
aceptar los términos y condiciones de las políticas citadas sin
leerlos?
El
objetivo de las cookies es mejorar la experiencia del usuario cuando
accede a una página web. Es una cadena que no tiene ningún sentido
para un usuario normal, pero a una página web le sirve para
consultar, por ejemplo, en qué idioma ofrecer dicha página. Esta
información se almacena en el disco duro. El navegador ve que existe
la cookie y se la envía para recordar la información.
Fundamentalmente
constituye una estrategia de marketing. Saben las páginas que
frecuentamos: nuestros gustos, y nosofrecen aquellos productos que
concuerdan con nuestra personalidad porque es más probable que los
compremos. ¿Beneficioso o no para el usuario? Allí se abre un debate.
En cualquier caso, algo queda claro: tienen tu información, te
conocen.
Al
igual que el marketing utiliza la información de Internet, esta
información puede caer en manos de cualquier persona. Mejor dicho,
cualquier persona que sepa cómo puede conseguir tus datos
personales. ¿Delitos? ¿En la red? Ciberdelitos. Delinquir por
Internet, la delincuencia del siglo XXI.
Uno
de los casos más sonado es el phishing. Los hackers copian las
contraseñas de tus cuentas bancarias para robar dinero. Internet
está invadiendo nuestra vida. Al abrirle la puerta, no sólo dejamos
pasar los grandes avances y comodidades que nos aporta, también
pasan los delincuentes de la red. Pagamos, cobramos, hacemos
transacciones a través de los portales de bancos en la red. Y el
robo de estas contraseñas supone el robo del dinero de nuestra
cuenta.
Los
expertos aseguran que hay medidas para controlar o para protegernos
de la ciberdelincuencia, todas ellas presentes en los múltiples
manuales de precaución sueltos por la red. Algunas de ellas son la
instalación de antivirus o cortafuegos, el denominado “https” o el
candado cerrado... aunque, más que nada, recomiendan la navegación
responsable.
Y
es que los hackers no sólo pueden utilizar nuestra información para
acceder a nuestras cuentas bancarias, obtener dinero o espiar a
empresas, pueden llegar a anunciar distintas actividades a través de
spam u ocultar delitos controlando otros ordenadores.
Actualmente
existen determinados lugares que conservan la información de
empresas y algunos gobiernos. Hablamos de S21sec. Si hubiera algún
fallo del servicio eléctrico en Madrid, S21sec podría apañárselas
durante tres días. Su trabajo consiste principalmente en ponerle
puertas a los hackers: obstáculos en el camino. Acabar con ellos
continúa siendo actualmente una utopía.
Referencias
Imagen
1. Imagen recuperada de
https://es.nametests.com/test/que-resultados-salen-al-buscar-tu-nombre-en-internet/12009/
Imagen
2. Centro de vulnerabilidades (^L^) [Redes Sc - Software – mas].
Imagen recuperada de
http://www.taringa.net/posts/info/14125310/Centro-de-vulnerabilidades-L-Redes-Sc---Software---mas.html
Imagen
3. ¿Qué
son las cookies de Internet? Imagen recuperada de
http://www.valortop.com/blog/que-son-las-cookies-de-internet
Imagen
4. Atrapado, pero ¿por qué? Imagen recuperada de
http://nearplaceblog1.blogspot.com.es/2017/01/porque-meu-celular-trava.html
Imagen
5. Insta a perseguir los ciberdelitos. Imagen recuperada de
http://www.eldiariodecoahuila.com.mx/activos/2016/10/3/insta-perseguir-ciberdelitos-608361.html
Valoración
personal
Estamos
expuestos. Y al alcance de cualquiera que nos quiera encontrar o
saber de nosotros. De hecho, puede resultar más peligroso compartir
nuestra información en la red que en la realidad. El alcance es
mayor, a nivel mundial. Esta dimensión desconocida nos puede hacer
olvidar la magnitud del asunto o las consecuencias que puede tener
subir cualquier tipo de comentario en las redes sociales. No vemos el
alcance de nuestros actos, no vemos hasta dónde puede llegar.
La
seguridad informática sólo está al alcance de aquellos que puedan
permitírsela, como casi todo en nuestra sociedad actual. El S21sec
almacena información de empresas privadas o gobiernos. Y ya. El
Estado debería garantizar nuestra seguridad en la red. Tierra, mar,
aire e Internet.
Si
contamos con un ejército que nos protege de las amenazas exteriores,
¿por qué no contamos con un ejército de hackers remunerado por el
Estado? La misión es la misma: proteger al ciudadano. ¿Acaso no es
grave que se puedan hacer con la tecnología de un pantano y se abran
las compuertas inundando así las zonas próximas? ¿Y quién dice
que no pueden controlar incluso el propio ejército? Es el crimen del
siglo XXI.
Además,
es sorprendentemente fácil de cumplir. Cualquiera con un ordenador y
pocos valores puede suponer una amenaza en un momento determinado.
Son numerosos los programas que descifran contraseñas, compran virus
por Internet... y múltiples los tutoriales que explican cómo
utilizarlos. “Cómo usar” seguido del nombre de cualquier troyano
previamente descargado puede suponer el comienzo de un delito. Considero
que se deberían poner medidas al respecto, se debería obstaculizar
el plan de los hackers que operen en contra del usuario. Y allí es
donde volvemos al ejército de hackers que nos defiendan.
Estudio de los procesadores muy completo.
ResponderEliminarEnhorabuena