"El ordenador nació para resolver problemas que antes no existían" Bill Gates

sábado, 25 de febrero de 2017

Un laboratorio clínico en la mano

Laboratorios clínicos en un microchip

África combate las epidemias con medicamentos, pero no es suficiente. Necesita laboratorios capaces de diagnosticar persona por persona, algo caro y difícil de manejar. Frederick Balagadde nos muestra cómo reducir ese laboratorio al tamaño de un microchip.



Frederick Balagadde en http://www.ted.com/talks/frederick_balagadde_bio_lab_on_a_microchip

La mayor carga de enfermedades la tienen que soportar los países más pobres del mundo. África subsahariana es la región más castigada por el virus del VIH. Se trata de la epidemia más devastadora de nuestros tiempos. También resulta innegable que no hay región menos preparada para combatir la enfermedad. Sin apenas médicos ni recursos se enfrentan a estas epidemias.

Los países desarrollados suministran medicamentos gratuitos al Tercer Mundo. Esto ha salvado millones de vidas y ha evitado el colapso total de economías enteras que no pueden sufragar los gastos. Pero hay un problema crucial que debemos resolver.

Si se desperdicia medicamentos con aquellas personas que no pueden recibir un diagnóstico apropiado, se crea la resistencia al medicamento. No queremos cepas del virus del SIDA resistentes a los medicamentos propagándose por África y, por extensión, el resto del planeta.



¿Soluciones? La miniaturización. La misma tecnología que permitía la miniaturización de los componentes electrónicos nos permite ahora reducir a miniatura laboratorios biológicos. Se pueden miniaturizar laboratorios de análisis químicos y biológicos convirtiéndolos en chips de micro fluido. Y un sistema de micro fluido puede llevar incluido todo el procedimiento de diagnóstico.

Con esta misma tecnología se planea construir un kit con la prueba del SIDA: en un sólo chip de micro fluido, que tiene el tamaño de un teléfono móvil, se pueden diagnosticar 100 pacientes a la vez, se pueden realizar hasta 100 muestras por paciente en 4 horas y a un coste 500 veces más barato. Nos permitirá crear medicinas personalizadas en el Tercer Mundo a un precio asequible.




Valoración personal

Como dice Frederick Balagadde, la salud global sufre una grave ironía al repartir las enfermedades de esta forma. Hay más enfermedades en los lugares más indefensos. Sin médicos, sin recursos... se enfrentan a ellas. Los países desarrollados envían grandes cantidades de medicamentos (de vez en cuando). La mayor parte del trabajo la realizan los médicos o trabajadores voluntarios que deciden ayudar a estas personas desplazándose a la otra parte del mundo.

Así que, más que los gobiernos o las autoridades de los países ricos o desarrollados, los países más pobres se enfrentan a estas epidemias contando con el apoyo y la ayuda de las ONGs y los voluntarios que conforman las mismas. En cualquier caso, pienso que es nuestro deber ayudar a estos países. Ya no sólo porque se debe ayudar siempre que se pueda, sino porque su falta de recursos es culpa nuestra. Están en esa situación a costa de nuestro bienestar y nuestra comodidad.

En cualquier caso, a pesar de que nosotros aportemos los medicamentos y miles de médicos compartan sus conocimientos, el problema es que África no cuenta con la tecnología o las infraestructuras mínimas para llevar a cabo un diagnóstico y seguimiento de las personas con esta (o cualquier otra) enfermedad. No hay medios.

Por este motivo, lograr reducir un laboratorio clínico a un microchip del tamaño de un teléfono móvil supone un adelanto de consecuencias infinitamente positivas. Puede parecer una locura, algo imposible. Sin embargo, no hace tanto tiempo que los ordenadores ocupaban salas enteras. Ahora tenemos un teléfono móvil en la palma de nuestra mano. Si se pudo entonces, ¿por qué no se iba a poder ahora?

viernes, 24 de febrero de 2017

Un buen uso de las redes sociales

Cómo los medios sociales pueden hacer historia

Clay Shirky nos habla acerca del transformado panorama de los medios y de lo que esto significa para cualquiera que tenga un mensaje que quiera enviar a cualquier parte del mundo. El experto en redes sociales plasma estas transformaciones a través de tres historias reales.



Clay Shirky en http://www.ted.com/talks/clay_shirky_how_cellphones_twitter_facebook_can_make_history

Primera historia. Elección presidencial. Había una cierta preocupación de que en algunas partes del país podría haber supresión del voto. Y entonces surgió un plan para filmar la votación. La idea era que los ciudadanos con teléfonos capaces de hacer fotografías o grabar vídeos documentaran sus lugares de votación estando atentos ante cualquier uso de técnicas de supresión del voto. Y subieran esto a un lugar central. Y que esto sirviera como un medio de vigilancia ciudadana.

Este patrón asume que estamos todos juntos en esto. Lo que importa aquí no es el capital tecnológico, sino el capital social. No es cuando las nuevas herramientas aparecen que sus usos comienzan a permear a la sociedad. Es cuando todo el mundo lo asume. Ahora los medios son más sociales, la innovación puede ocurrir en cualquier lugar, la gente puede hacerse a la idea de que estamos juntos en esto.

Es una enorme transformación. Estamos atravesando el mayor incremento de la capacidad expresiva de la historia de la humanidad.



Segunda historia. La provincia china de Sichuan tuvo un terremoto terrible de 7,9 de magnitud en la escala de Richer. Dicho terremoto fue transmitido mientras ocurría. La gente mandaba mensajes, fotografiaba los edificios derrumbados o filmaba la catástrofe. Subían esto a QQ, el mayor servidor de Internet de China. Lo twiteaban. Y así mientras el terremoto ocurría las noticias eran transmitidas.

Twitter anunció la existencia del terremoto varios minutos antes de que el Centro Geológico de EEUU tuviera algo online para que cualquiera lo leyera. Durante un rato, 9 de los 10 links más clickeados en Twitter eran sobre el terremoto: gente recopilando información, indicando fuentes de noticias...

Durante medio día, los sitios de donación estuvieron arriba. Las donaciones llovían de todo el mundo. Fue una respuesta global coordinada. El gobierno chino decidió que dejaría a sus ciudadanos expresarse libremente hasta que ocurrió. La gente descubrió que la razón por la que tantos edificios escolares se habían derrumbado era que unos funcionarios corruptos habían sido sobornados para permitir la construcción de estos edificios por una cifra menor.

Los ciudadanos comenzaron a informar de esto también. La protesta continuó y el gobierno se vio obligado a tomar medidas. Comenzaron a cerrar los medios que emitían las manifestaciones y a arrestar a los manifestantes. Cerraron el acceso a Twitter porque no había forma de filtrar todos los mensajes. Sustituyeron la censura de “El gran CortaFuego de China” por la prohibición.



Tercera historia. Campaña de Obama. Apertura del sitio myBO.com. Millones de ciudadanos se apresuraron a participar, a ayudar. Obama anunció que iba a cambiar su voto en FISA. Él había dicho que no firmaría el proyecto de ley que garantizaba inmunidad de telecomunicaciones a posibles espionajes sin autorización. En medio de la campaña electoral, cambió de opinión.

La respuesta de la gente fue masiva. Él se limitó a decir: “Quiero llegar a ustedes y decirles que entiendo que no están de acuerdo conmigo y voy a asumir las consecuencias”. La decisión de Obama no gustó. Sin embargo, la gente comprendió que el ahora expresidente nunca les había callado. Nadie intentó ocultar su reacción ni negar su existencia ni borrarlo.



Esa es la clase de disciplina que implica hacer un uso realmente maduro de los medios.

En un mundo donde los medios son globales, sociales, omnipresentes y baratos los medios tratan con menos frecuencia sobre hacer un mensaje para ser consumido por individuos. Y tratan cada vez más sobre una forma de crear ambientes de grupos y apoyarlos.



Valoración personal

Es indudable que las redes sociales han cambiado nuestra vida alterando nuestra forma de comunicarnos con los demás o de informarnos. Son una potente herramientas de los medios de comunicación, un medio de evasión en nuestro tiempo libre, la forma más sencilla de entablar conversación con nuestros amigos y familiares y una actividad más de ocio.

Sin embargo, cuál es el uso que hacemos de las redes sociales. ¿Qué se considera un buen uso? ¿O cómo podemos hacer mejor uso de estos medios? A lo mejor no sabemos definir exactamente qué sería un buen uso o qué sería un mal uso, pero podemos comparar la importancia de cada uno para la sociedad. ¿Informar sobre un terremoto o ver vídeos de gatos tocando el piano?

Es impresionante cómo cualquier mensaje puede ser visto en cualquier parte del mundo en tiempo real. En algunos casos, esto supone una auténtica fuente de información, como fue el caso del terremoto de China. Todo el mundo informado en cuestión de minutos, todo el mundo reaccionando en cuestión de minutos ante semejante tragedia. Más información, donaciones... la respuesta global. Un buen uso de las redes sociales.

Y es que a través de estas redes no sólo podemos divertirnos o distraernos, podemos informar o ser informados sobre asuntos que tengan repercusión a nivel mundial o podemos denunciar injusticias o podemos felicitar otras actuaciones. Y debemos poder dar nuestra opinión libremente sin que nadie censure nuestras palabras.

Debemos poder decir (o escribir, en este caso) lo que pensamos sin que el gobierno u otra autoridad se crea con la capacidad suficiente como para decidir si eso puede ser publicado o no porque se debe respetar la libertad de expresión en las redes sociales, del mismo modo que se respetaría fuera de ellas. Todas las personas tienen una opinión y todas las opiniones son válidas.

Un mundo mejor gracias a los juegos

Los juegos online pueden crear un mundo mejor

Jane McGonigal apuesta por los jugadores para solucionar los problemas reales del mundo. La diseñadora de juegos nos cuenta los beneficios de los juegos online en nuestra sociedad



Jane McGonigal en http://www.ted.com/talks/jane_mcgonigal_gaming_can_make_a_better_world

¿Y si salvar el mundo en la vida real fuera tan fácil como lo es en el mundo de los juegos online? Actualmente, pasamos 3 mil millones de horas por semana jugando juegos online. Sin embargo, no es tiempo de juego suficiente para resolver los problemas más acuciantes. Para acabar con el hambre, la pobreza, el cambio climático, conflictos mundiales... necesitaríamos jugar online al menos 21 mil millones de horas por semana.

Pero, ¿por qué son los juegos esenciales para la supervivencia de la especie humana? La respuesta es muy sencilla: somos mejores en los juegos que en la vida real. Logramos más en los mundos de juegos, nos volvemos la mejor versión de nosotros mismos: somos los más dispuestos a ayudar a los demás, los más tenaces a la hora de resolver problemas, los más rápidos en levantarnos después de fallar e intentarlo de nuevo.

En los juegos online siempre hay algo específico e importante para hacer. Siempre hay una misión que cumplir y para la cual hay que esforzarse. También hay un montón de colaboradores, un montón de gente dispuesta a ayudarte a conseguir tu misión. Estos dos requisitos no se cumplen en la vida real.



El problema con los entornos colaborativos online es que es tan satisfactorio que decidimos pasar todo nuestro tiempo en estos otros mundos. Aunque tampoco es un problema en sí. Resulta que pasar todo este tiempo jugando online cambia nuestra realidad, cambia lo que somos capaces de hacer como seres humanos. Nos permite evolucionar para ser una especie colaborativa y cordial.

¿Cómo? Pues bien, los juegos online nos convierten en personas más positivas. El positivismo urgente es el deseo de actuar inmediatamente para sortear un obstáculo combinado con la creencia de que tenemos una esperanza de éxito razonable. Podemos triunfar, es posible, de este modo vale la pena intentarlo una y otra vez hasta conseguir ese ansiado triunfo.

Además, los jugadores son virtuosos de la trama social. Se construyen lazos de confianza y cooperación al jugar un juego juntos. Por otro lado, no debemos olvidar la productividad dichosa. Cuando jugamos un juego, estamos en realidad más felices trabajando mucho más que relajados o pasando el rato. Estamos optimizados haciendo un trabajo significativo. Finalmente, se debe mencionar el propósito épico.



Resumiendo, los jugadores son individuos optimistas con superpoderes. Son personas que creen que son capaces individualmente de cambiar el mundo. Y el único problema es que creen que son capaces de cambiar únicamente mundos virtuales y no el mundo real. Los jugadores creen que pueden lograr más cosas en los mundos virtuales que en la vida real.

¿Cómo cambiar la situación? Tenemos que hacer el mundo real más parecido a un juego. De esta manera, se podrán resolver los problemas reales aprovechando los beneficios obtenidos en los juegos online.




Valoración personal

No creo que sea necesario multiplicar por siete el número de horas dedicadas a jugar a juegos online como medida para solucionar los problemas que asolan el mundo real. Sin embargo, sí que considero que deberíamos tener todos, jugadores y no jugadores, los valores y convicciones que describe Jane McGonigal en esta charla.

Deberíamos tener un objetivo que alcanzar, pero no nosotros de forma individual: un objetivo de grupo que conseguir gracias a la colaboración y ayuda de todos los miembros de ese grupo. Ser positivos también me parece algo fundamental, al igual que esa disposición a no rendirse nunca, a no abandonar e intentarlo una y otra vez hasta llegar a nuestra meta.

Creo que esto debería venir de serie. Todos deberíamos tener claro que sólo pensando que somos capaces de hacer algo, lo conseguiremos. Deberíamos tener claro que para ello, habremos de trabajar muy duro. Igual que deberíamos de tener claro que con la ayuda de los demás será más satisfactorio, enriquecedor y sencillo.

Aún así, son más los que prefieren llegar a la meta solos, pero antes que nadie. O aquellos que se rinden antes de empezar. O incluso aquellos que esperan que las cosas se solucionen solas. Es cierto que los juegos online reúnen todas las características necesarias para que la sociedad y el ser humano de manera individual alcance sus objetivos, sus metas, pero no creo que la solución pase por aumentar las horas dedicadas a esta actividad o promover el uso de la misma.

Se deben promover esos valores, esa forma de pensar para conseguir el beneficio del grupo. Sólo así conseguiremos solucionar los problemas reales. Los problemas importantes que nos afectan a todos y que, por tanto, debemos resolver entre todos. Y los juegos online no son los únicos que resaltan estos valores o esta forma de pensar.

Actividades como el deporte o los mismos trabajos en grupo que hacemos en clase contribuyen a potenciar esto. Nos obligan a entendernos con los demás, a ayudarnos y a pensar que se puede lograr aquello que queremos si trabajamos duro en ello. No necesariamente hay que jugar a juegos online para crear un mundo mejor. Hay que trabajar juntos para crear un mundo mejor.


domingo, 19 de febrero de 2017

Sin Internet

Internet se podría estrellar. Necesitamos un plan B

Dany Hillis, ingeniero, científico, autor, inventor..., nos descubre la necesidad de crear otro sistema para poder sobrevivir en el caso de que Internet fallase.



Dany Hillis en http://www.ted.com/talks/danny_hillis_the_internet_could_crash_we_need_a_plan_b/transcript?language=es#t-732368

En 1982 existía un libro donde se recopilaban los nombres, direcciones y teléfonos de todas aquellas personas que tenían correo electrónico. Un sentimiento básico de confianza impregnaba toda la red por aquel entonces, y había una sensación real de que podíamos depender unos de otros para todo.

En aquellos días también había una actitud de tomar sólo que se necesitaba realmente, y, de hecho, no solo en la gente de la red sino que en realidad estaba en los protocolos de la propia Internet: “De cada cual según su capacidad, a cada cual según su necesidad”. En cierta forma, dependíamos de la gente y ese fue el bloque constitutivo. Tuvo tanto éxito que no hay manera de hacer un libro con todos los correos electrónicos en la actualidad. Ya no por tamaño, sino porque a la gente no le gustaría que se publicase su nombre, dirección o teléfono.



El hecho es que Internet ha cambiado. Hoy en día hay mucha gente mala en Internet y nos protegemos con comunidades amuralladas, subredes seguras, VPNs, pequeñas cosas que están hechas de los mismos bloques constitutivos que Internet. Eso significa que es vulnerable a cierto tipo de errores que pueden ocurrir o cierto tipo de ataques deliberados.

¿Cómo defendernos de estos ciberataques? La gente resalta la importancia de defender las computadoras de Internet, pero no nos hemos preocupado por la defensa de la propia Internet como medio de comunicación. Actualmente sería impensable vivir sin Internet.



Muchos de nuestros sistemas están empezando a utilizar Internet para funciones de servicio, administrativas o de control. Nuestros sistemas empiezan a usar la misma tecnología y empiezan a depender de ella a pesar de que no fue diseñada para hacer estas cosas.

El problema es que no sabemos con certeza cuáles serían las consecuencias de un ataque por denegación de servicio sobre Internet. Necesitamos un plan B, necesitamos un sistema de respaldo claro que hayamos mantenido para independizarnos de Internet. Técnicamente este sistema sería relativamente fácil de hacer porque se puede usar las redes de fibras que hay en el terreno y la infraestructura inalámbrica existente. Sólo es cuestión de decidir hacerlo.



Valoración personal

Actualmente no se podría vivir sin Internet. Si hubiese algún fallo en el sistema que nos impidiese el acceso a la red, el pánico se apoderaría de todos nosotros. La ausencia de Internet sería el fin del mundo de la sociedad actual. Nos hace falta, nos es tan necesario para nuestro día a día que son ya las pocas tareas que realizamos sin su ayuda. Somos totalmente dependientes de la red.

A pesar de que este plan A funciona a la perfección, no está de más tener un posible plan B. Puede parecer que ahora mismo no hace falta, pero no se sabe si en un futuro lejano o cercano puede ser realmente necesario para continuar con nuestra vida. De acuerdo con Danny Hillis, opino que deberíamos tener en mente la creación de un sistema suplente.

Si Internet se estrella, sería un desastre para todos nosotros. Sin embargo, tendríamos que continuar comunicándonos y realizando las actividades que forman nuestra vida. Para poder realizar todo eso, nos haría falta un sistema. Pienso que, de pasar eso, nos arrepentiríamos de haber creído que no era necesario porque lo que teníamos “iba bien”.

Además, ya no es que vaya bien o no, sino que este sistema es sumamente débil y fácil de destruir. Ejemplos como la caída de Youtube en China son reales y posibles. Pueden ser errores o se pueden llevar a cabo de manera intencionada y, como ha dicho Hillis, hay mucha gente mala en Internet.


sábado, 18 de febrero de 2017

Un futuro holográfico

Futurista visión de la era de los hologramas

Alex Kipman, ingeniero de profesión, presenta en una conferencia la primera computadora holográfica sin ataduras: HoloLens de Microsoft




Alex Kipman en http://www.ted.com/talks/alex_kipman_the_dawn_of_the_age_of_holograms

En la actualidad, los seres humanos interactuamos con la tecnología como si fueran máquinas. Nos comunicamos con otras personas, entretenemos y vivimos a través de una pantalla detrás de la cual pasamos la mayor parte de nuestro tiempo. ¿Cómo nos relacionábamos con los demás antes de la existencia de estos dispositivos? ¿Cómo éramos capaces de llevar a cabo semejante hazaña?

Estamos limitados por un mundo 2D de monitores y píxeles. Esta limitación y el deseo de conectar con las personas ha propulsado la creación de una nueva realidad: una realidad en la que la tecnología detecta lo que vemos, tocamos y sentimos. Una realidad en la que la tecnología no se interpone entre nosotros, sino que se apoya en nosotros. Una tecnología que permita a la gente actuar más como personas.

¿Un ejemplo? HoloLens de Microsoft, la primera computadora holográfica sin ataduras. Se podría pensar que será un producto del futuro lejano, pero nada más lejos de la realidad. HoloLens ya ha sido utilizada por compañías de automóviles como Volvo, universidades como Case Western o, incluso, la propia NASA.



Sin embargo, HoloLens no es más que un pequeño adelanto del insólito mundo desprovisto de la tecnología 2D que nos espera en un futuro inmediato. En este mundo, la tecnología nos entiende. En este mundo, vivimos, trabajamos y nos comunicamos con herramientas que mejoran la experiencia humana, no máquinas que limitan nuestra humanidad.

Pero, ¿cómo interactuarán estas máquinas con la realidad? El reconocimiento de voz y la autenticación biométrica son grandes ejemplos de una máquina que se relaciona con los humanos desde una perspectiva de entrada. Además, dicha máquina podría poner la información digital o la información de salida en la realidad mediante hologramas. Dicha máquina podría, por increíble que parezca, intercambiar energía con el mundo a través de la háptica.



Como se ha mencionado anteriormente, HoloLens ya está siendo utilizada en determinados ámbitos. La NASA utiliza esta tecnología para que sus científicos exploren otros planetas. Durante la conferencia, somos testigos de la conversación establecida entre Kipman y un trabajador de la NASA, el doctor Jeff Norris. Un Jeff Norris holográfico, eso sí. Un Jeff Norris que está hablando con Kipman y está en Marte al mismo tiempo.

Se trata de una réplica holográfica precisa de este planeta, construida a partir de los datos capturados por el Curiosity Mars Rover, que permite explorar con tanta facilidad el planeta rojo como cualquier lugar de la Tierra. Entre otras aplicaciones en este sector se encuentra el diseño de la próxima generación de una nave espacial.




Valoración personal

El futuro es holográfico. En un futuro no muy lejano, las máquinas se adaptarán a nosotros. Se comunicarán con nosotros más allá de las actuales pantallas a las que estamos tan acostumbrados. ¿Reconocimiento de voz? ¿Biometría? ¿Hologramas? Todo será poco para destruir la limitación del presente mundo 2D de monitores y píxeles, todo será poco para volver a conectar con las personas. Y es que comunicarnos y vivir detrás de una pantalla está acabando con las relaciones humanas.

La nueva realidad que narra Alex Kipman en su conferencia no podría tener un significado más literal. Comenzar a utilizar hologramas, cambiaría por completo nuestra concepción del mundo y nuestro día a día y serviría, sin duda, para acercarnos más los unos a los otros y ampliar nuestros horizontes y descubrimientos.

Los hologramas tendrían múltiples aplicaciones. Más allá de poder explorar nuevos lugares de una manera mucho más exhaustiva y “humana”, cambiaría nuestro día a día: nuestra vida. Se acabaría eso de tener un ordenador o un móvil entre las manos si se puede proyectar el contenido de la pantalla en el aire. ¿Para qué encender la televisión pudiendo ver una película en forma de holograma?

Podríamos estar en varios lugares a la vez, aunque uno de nosotros no esté físicamente en el segundo sitio no tendría importancia alguna. Llegar a sitios sin tener que desplazarse sería una realidad. Lo que no se sabe con exactitud es cuándo comenzará esta nueva realidad. Los hologramas pueden existir ya, pero cambiar la sociedad actual costaría algo más de tiempo. ¿Acaso no habría que acostumbrarse a ir a la consulta del médico y encontrarse a un holograma de doctor? ¿Ir al instituto para escuchar la lección de un profesor que físicamente no está presente?

Sin duda, la aplicación de los hologramas en nuestra vida diaria cambiaría por completo nuestra concepción del día a día, la realidad tal y como la conocemos y vivimos. De momento, habremos de conformarnos con los primeros anticipos del futuro: la NASA, Volvo y la universidad Case Western.

Para finalizar, me gustaría recalcar que un holograma no es una imagen en 3D ni una proyección de una imagen sobre una pantalla visible. Al variar la ubicación del observador, un auténtico holograma muestra zonas nuevas.