Cómo los medios sociales pueden hacer historia
Clay
Shirky nos habla acerca del transformado panorama de los medios y de
lo que esto significa para cualquiera que tenga un mensaje que quiera
enviar a cualquier parte del mundo. El experto en redes sociales
plasma estas transformaciones a través de tres historias reales.
Clay
Shirky en
http://www.ted.com/talks/clay_shirky_how_cellphones_twitter_facebook_can_make_history
Primera
historia. Elección presidencial. Había una cierta preocupación
de que en algunas partes del país podría haber supresión del voto.
Y entonces surgió un plan para filmar la votación. La idea era que
los ciudadanos con teléfonos capaces de hacer fotografías o grabar
vídeos documentaran sus lugares de votación estando atentos ante
cualquier uso de técnicas de supresión del voto. Y subieran
esto a un lugar central. Y que esto sirviera como un medio de
vigilancia ciudadana.
Este
patrón asume que estamos todos juntos en esto. Lo que importa aquí
no es el capital tecnológico, sino el capital social. No es
cuando las nuevas herramientas aparecen que sus usos comienzan a
permear a la sociedad. Es cuando todo el mundo lo asume. Ahora los
medios son más sociales, la innovación puede ocurrir en
cualquier lugar, la gente puede hacerse a la idea de que estamos
juntos en esto.
Es
una enorme transformación. Estamos atravesando el mayor
incremento de la capacidad expresiva de la historia de la humanidad.
Segunda
historia. La provincia china de Sichuan tuvo un terremoto
terrible de 7,9 de magnitud en la escala de Richer. Dicho
terremoto fue transmitido mientras ocurría. La gente mandaba
mensajes, fotografiaba los edificios derrumbados o filmaba la
catástrofe. Subían esto a QQ, el mayor servidor de Internet de
China. Lo twiteaban. Y así mientras el terremoto ocurría las
noticias eran transmitidas.
Twitter
anunció la existencia del terremoto varios minutos antes de que el
Centro Geológico de EEUU tuviera algo online para que cualquiera lo
leyera. Durante un rato, 9 de los 10 links más clickeados en
Twitter eran sobre el terremoto: gente recopilando información,
indicando fuentes de noticias...
Durante
medio día, los sitios de donación estuvieron arriba. Las
donaciones llovían de todo el mundo. Fue una respuesta global
coordinada. El gobierno chino decidió que dejaría a sus
ciudadanos expresarse libremente hasta que ocurrió. La gente
descubrió que la razón por la que tantos edificios escolares se
habían derrumbado era que unos funcionarios corruptos habían sido
sobornados para permitir la construcción de estos edificios por una
cifra menor.
Los
ciudadanos comenzaron a informar de esto también. La protesta
continuó y el gobierno se vio obligado a tomar medidas. Comenzaron a
cerrar los medios que emitían las manifestaciones y a arrestar a los
manifestantes. Cerraron el acceso a Twitter porque no había forma
de filtrar todos los mensajes. Sustituyeron la censura de “El
gran CortaFuego de China” por la prohibición.
Tercera
historia. Campaña de Obama. Apertura del sitio
myBO.com. Millones de ciudadanos se apresuraron a participar, a
ayudar. Obama anunció que iba a cambiar su voto en FISA. Él había
dicho que no firmaría el proyecto de ley que garantizaba inmunidad
de telecomunicaciones a posibles espionajes sin autorización. En
medio de la campaña electoral, cambió de opinión.
La
respuesta de la gente fue masiva. Él se limitó a decir: “Quiero
llegar a ustedes y decirles que entiendo que no están de acuerdo
conmigo y voy a asumir las consecuencias”. La decisión de Obama no
gustó. Sin embargo, la gente comprendió que el ahora expresidente
nunca les había callado. Nadie intentó ocultar su reacción ni
negar su existencia ni borrarlo.
Esa
es la clase de disciplina que implica hacer un uso realmente maduro
de los medios.
En
un mundo donde los medios son globales, sociales, omnipresentes y
baratos los medios tratan con menos frecuencia sobre hacer un mensaje
para ser consumido por individuos. Y tratan cada vez más sobre
una forma de crear ambientes de grupos y apoyarlos.
Valoración
personal
Es
indudable que las redes sociales han cambiado nuestra vida alterando
nuestra forma de comunicarnos con los demás o de informarnos. Son
una potente herramientas de los medios de comunicación, un medio de
evasión en nuestro tiempo libre, la forma más sencilla de entablar
conversación con nuestros amigos y familiares y una actividad más
de ocio.
Sin
embargo, cuál es el uso que hacemos de las redes sociales. ¿Qué se
considera un buen uso? ¿O cómo podemos hacer mejor uso de estos
medios? A lo mejor no sabemos definir exactamente qué sería un buen
uso o qué sería un mal uso, pero podemos comparar la importancia de
cada uno para la sociedad. ¿Informar sobre un terremoto o ver vídeos
de gatos tocando el piano?
Es
impresionante cómo cualquier mensaje puede ser visto en cualquier
parte del mundo en tiempo real. En algunos casos, esto supone una
auténtica fuente de información, como fue el caso del terremoto de
China. Todo el mundo informado en cuestión de minutos, todo el mundo
reaccionando en cuestión de minutos ante semejante tragedia. Más
información, donaciones... la respuesta global. Un buen uso de las
redes sociales.
Y
es que a través de estas redes no sólo podemos divertirnos o
distraernos, podemos informar o ser informados sobre asuntos que
tengan repercusión a nivel mundial o podemos denunciar injusticias o
podemos felicitar otras actuaciones. Y debemos poder dar nuestra
opinión libremente sin que nadie censure nuestras palabras.
Debemos
poder decir (o escribir, en este caso) lo que pensamos sin que el
gobierno u otra autoridad se crea con la capacidad suficiente como
para decidir si eso puede ser publicado o no porque se debe respetar
la libertad de expresión en las redes sociales, del mismo modo que
se respetaría fuera de ellas. Todas las personas tienen una opinión y todas las opiniones son válidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario