Domótica

La domótica permite a los discapacitados y ancianos ser independientes

La fracción de este colectivo respecto a la población total está aumentando. En la actualidad, el número de personas mayores de 60 años en la UE es del 20% y se espera que en el 2020 este porcentaje sea del 27%. También se se está produciendo un aumento en el número de discapacitados debido al descenso de mortalidad por enfermedades graves, traumatismos, enfermedades pre y posnatales, y al aumento del número de accidentes y a la mejora en la supervivencia de los mismos.

Entre sus demandas para poder desarrollar una vida activa e independiente pueden citarse los cuidados de larga duración continuos o intermitentes; oportunidades para mantener o mejorar las habilidades personales; autocuidados o cuidados a distancia; entornos domésticos.

¿Qué es la domótica? La domótica es el conjunto de tecnologías aplicadas al control y la automatización inteligente de la vivienda, que permite una gestión eficiente del uso de la energía, que aporta seguridad y confort, además de comunicación entre el usuario y el sistema.

Los sistemas domóticos de información han sido considerados hasta ahora como soportes pasivos, meras herramientas necesarias para el funcionamiento de los dispositivos de ayuda a los discapacitados. En un futuro, deberán también ser tenidos en cuenta como elementos activos, como medio de conexión con otras actividades exteriores que pueden ampliar sus perspectivas de vida.

Las funciones de estos sistemas son:

• El registro y gestión de la información: por ejemplo, de los consumos de los servicios, tales como agua gas electricidad; control físico y cuidado de plantas y animales domésticos; control ambiental de la casa...
• La confirmación y recuperación de la información: monitorizando aquello que ocurre en otras habitaciones o en el exterior de la vivienda; inventario de contenidos en desvanes, trasteros u otro tipo de almacenamientos; localización de cosas de uso poco frecuente...
• La presentación de la información: métodos, dispositivos, lugar y momento adecuados.
• La recepción de mensajes y reconocimiento de emergencias: instalación de alarmas, sensores, aparatos de información...
• La emisión y recepción de información y conexiones: envío de información a personas específicas o inespecíficas; posibilidades y métodos de transmisión de información en viajes.
• En la educación y esparcimiento: el placer de disponer y utilizar la información; educación o cuidado de la casa asistidos por ordenador..

Para cumplir con estas funciones, los sistemas domóticos de información para discapacitados o personas mayores deberían disponer de una interfaz con el usuario de manejo fácil y de sistemas con control de fallos, con recuperación del sistema, suministro en cortes eléctricos o caídas de tensión.

Opinión: "La domótica hace que los discapacitados y ancianos sean independientes"

Las personas discapacitadas y de la tercera edad reclaman su independencia. No soportan no poder vestirse sin ayuda, no soportan no poder ir al baño sin ayuda, no soportan no poder cocinar sin ayuda... En definitiva, están hartos de necesitar a los demás para vivir su propia vida. Y tampoco quieren obligar a sus seres más queridos a que estén con ellos permanentemente para ayudarles en prácticamente todo. Si no quieren que nadie les eche una mano y no pueden hacerlo todo por ellos mismos, ¿qué queda? ¿Ingresar en un centro que les proporcione los cuidados especiales que les hacen falta? Puede ser. Pero, sin duda, es mucho más cómodo permanecer en tu propia casa y valerte por ti mismo. Eso hace posible esta nueva tecnología. Los hace independientes.

La domótica les da la posibilidad de controlar toda su vivienda sin levantarse de la cama. Pueden realizar las órdenes por voz, o incluso con pantallas que reconocen e interpretan los movimientos de los ojos. Pueden encender la luz de las habitaciones en las que se encuentran sin levantarse de la silla de ruedas gracias a los detectores de movimiento. 

En definitiva, la domótica consigue que estas personas estén seguras en su propia casa y que puedan vivir cómodamente en ella. Hace que la vivienda sea lo que se supone que debe ser: un lugar en el que sentirse a gusto y en el que poder hacer lo que quieras sin que nada ni nadie lo impida.