Impresión 3D como herramienta educativa
Las
impresoras 3D cada vez se acercan más a los centros educativos
gracias al abaratamiento de costes y la concienciación de las
autoridades académicas. Estos dispositivos, antes sólo al alcance
de expertos y aficionados con recursos económicos suficientes,
preparan su aterrizaje en las aulas para acercar el diseño y
modelado en tres dimensiones a los más pequeños.
La
caída de los precios y la generalización de esta tecnología han
facilitado el proceso, al que han contribuido empresas como EntresD.
Además de comercializar equipos profesionales, EntresD ofrece dos
prototipos que se adaptan perfectamente a las necesidades de los más
jóvenes.
La
empresa participó aportando 12 de estas impresoras como premio para
los ganadores de la tercera edición de los Mobile Learning Awards,
un concurso dirigido a los centros de primaria y secundaria de
Cataluña que busca incentivar el uso de tecnología digital en los
colegios. Se trata de una iniciativa de la Mobile World Capital
Barcelona en colaboración con la Generalitat de Cataluña, el
Ayuntamiento de Barcelona y GSMA en el marco del programa mSchools.
“Más
que ser un producto para que los alumnos aprendan qué es una
impresora 3D, creemos que los dispositivos serán una herramienta, un
recurso para que los profesores puedan enseñar sus materias de una
manera distinta”, nos explica Andreu Bellés, director
comercial de EntresD.
En
su establecimiento de Barcelona han impartido talleres para adultos y
niños a partir de cinco años, donde han aprendido cómo funcionan
las máquinas y han modelado en tres dimensiones. “Contar con
una impresora 3D de sobremesa en los centros de primaria y secundaria
permitirá a los alumnos descubrir las posibilidades del diseño 3D y
lo sencillo que es materializar sus ideas”, señala Marc
Torras, director general de la empresa.
En
Los Hacedores (Madrid) también enseñan a los chicos de entre 8 y 14
años a crear sus juguetes en el ordenador. Utilizan Tinkercard, un
programa de modelado sencillo, ‘online’ y gratuito mediante el
que los niños aprenden a combinar formas y volúmenes para obtener
diferentes objetos. Estas actividades contribuyen a desarrollar
capacidades como la creatividad, la innovación, la resolución de
problemas o la visión espacial.
Aplicada
a la educación formal, la impresión 3D permite construir modelos en
tres dimensiones para recrear partes del cuerpo, simular leyes de la
física o estructuras químicas. Además, brinda a los docentes una
herramienta para aumentar el abanico de actividades educativas de las
asignaturas científicas y técnicas. Por otro lado, los estudiantes
se acostumbran a un tipo de tecnología que ya se utiliza en muchos
sectores profesionales, desde la ingeniería espacial a la medicina o
la gastronomía.
Sin
embargo, y pese a sus múltiples ventajas, no es tan sencillo
incorporar esta tecnología en los colegios. Según Martin Stevens,
CEO de IT IS 3D (una empresa británica especializada en impresión
3D y educación), una de las razones principales es que muchos
profesores no están acostumbrados a utilizar las máquinas ni se
sienten seguros con los programas. Torras coincide con él: “En
general se cree que es un tema muy complejo, cuando es tan sencillo
como imprimir en papel”.
Por
eso, EntresD ha trabajado en colaboración con FubLab para editar un
libro que les sirva de guía a los docentes. “Contiene
ejercicios de materias distintas para mostrarles cómo sacarle
provecho a una impresora 3D en base a sus temarios”, explica
Borrás. El director general de la compañía cree que
dentro de uno o dos años los equipos serán habituales en todos los
centros educativos.
Fuente: http://mobileworldcapital.com/es/impresion-3d-en-las-aulas-tecnologia-creativa-para-ninos/
Opción:
“Por fin algo positivo para la educación”
La
impresión 3D es una herramienta que supondrá grandes cambios en la
educación. Un recurso para los profesores que puede transformar la
manera de enseñar a la que estamos acostumbrados para dar paso a una
educación mucho más participativa, práctica, creativa y
entretenida.
Los
alumnos crearán sus propios proyectos, por lo que se potenciará la
creatividad, la capacidad para resolver problemas y se crearán
alumnos más independientes. Además, aumentará la participación en
clase debido a que se trata de un recurso muy atractivo e innovador.
Además,
en mi opinión, este cambio ayudará a retener los conocimientos
adquiridos en las aulas. Si lees cómo se forma una falla geológica,
probablemente no estimule lo suficiente tu cerebro ni capte la
atención necesaria como para que en un futuro recuerdes el proceso.
Pero, ¿y si tuvieras que llevarlo a la práctica? ¿Y si pudieras
realizar ese proceso con tecnología 3D? Imprimirlo es llevarlo a la
realidad y la realidad es mucho más fácil de recordar.
Obviamente,
aún quedan algunas cuestiones por perfeccionar... El precio,
probablemente fuera de nuestro modesto presupuesto. La velocidad
también sería otro factor a tener en cuenta. Sin embargo, no por
esto deja de ser un avance. Un avance que, estoy segura, terminará
formando parte de nuestra educación.
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